Somos pequeños, somos muy pequeños. Y eso nos gusta.
Sí, es una vocación.
Nos gusta lo pequeño, lo íntimo, lo manejable.
Hoy nos han vuelto a rechazar una ayuda a nuestro Festival Vagamundos.
Por pequeños.
Y no es la primera.
Muchos otros organismos oficiales, que deberían premiar las iniciativas locales, emergentes, con pocos recursos, pegadas al territorio, nos han dicho lo mismo:
«Sois pequeños, demasiado pequeños para merecer un apoyo».
Pues somos lo que somos y lo que queremos ser.
Y no por necesidad, sino por vocación.
Cuando Mies van der Rohe dijo aquello de que “menos es más”, no solo puso en palabras la máxima del minimalismo, además enunció toda una filosofía.
No es que no queramos ser grandes, es que no queremos crecer de ninguna manera.
No crecer queremos a costa de perdernos, de no reconocernos, de endeudarnos.
Nada se valora si no es grande.
Las causas tienen que ser universales, las luchas eternas y utópicas, las personas heroicas.
Y al final ¿para qué?
Para aparecer en los medios, para satisfacer egos, para llenar la geografía de mega eventos efímeros y contaminantes.
En definitiva, para no reconocerse en ellos.
A ver si lo entienden los que mandan: yo no tengo WhatsApp porque no quiero, aun siendo uno de los que primero lo instaló en cuanto apareció, hace años de esto, decidí que viviría mejor sin tenerlo en mi móvil.
Por una decisión personal, madura y responsable, decidí vivir un poco más aislado y un poco más pequeño y un poco más solo.
Y no hay un solo día que no pague la factura que eso me supone.
No somos marginales, ni antisistema, ni abrazamos árboles a la puesta de sol.
Es solo que somos pequeños porque hemos optado por un territorio abandonado y solitario, por pagar con nuestro/vuestro dinero nuestras iniciativas, nuestros tomates, nuestro festival.
Porque, conociendo lo grande y habiéndolo sido, creemos que en lo pequeño, en las esencias, está lo bueno, lo auténtico.
Vamos a permanecer, por lo menos mientras os tengamos a nuestro lado.
No seremos grandes, o no tan grandes como para merecer la atención de los que tienen la pasta y se llenan la boca de consignas sobre despoblación, sostenibilidad, españas vacías y monsergas de despachos climatizados, pero vamos a continuar.
Si se puede vivir sin WhatsApp es que otra vida es posible y nosotros somos la prueba.
Javier Selva
Responsable de Vagamundos Festival
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