El primer Vagamundos Festival acaba de celebrarse el fin de semana de 4, 5 y 6 de agosto de 2022 y el éxito conseguido ya nos hace comenzar a planificar el del año que viene. Cientos de espectadores han acudido a las proyecciones, en un pantalla gigante que logramos ‘inflar’ gracias, exclusivamente, a energías renovables. Un compromiso ambiental que nos caracteriza y nos hace únicos en este país. Y también fueron todos los grandes protagonistas que estaban previstos en el programa, ya sean actrices y actores o directores. Los rayos y truenos que barruntaban las montañas ninguno de los días nos han impedido cumplir con nuestro compromiso.
Los talleres de las mañanas, impartidos por grandes profesionales de prestigio nacional e internacional, estuvieron cerca del lleno total y las sesiones de tarde, con cortometrajes elegidos entre los mejores, hicieron posible disfrutar de lo mejor entre lo mejor en un pueblo, La Puebla de Fantova (Graus, Aragón) con un censo que apenas supera el centenar pero en el que la cultura quiere estar presente a través de iniciativas tan pioneras como lo ha sido ésta.
A continuación, un resumen en imágenes del primer VAGAMUNDOS FESTIVAL.
DÍA 4 DE AGOSTO 2022
El día anterior ya comenzó con los últimos preparativos en el Molino de Centenera, colocando los últimos carteles para que nadie se olvidara de la cita, colocando las sillas y probando los equipos. Todo estaba en marcha a la espera de los asistentes al primero de los talleres, del periodista Dioni Serrano, titulado «El viaje a través de la palabra», que se realizó en el interior del molino, hoy restaurado, que en el pasado (desde hace más de un siglo) proporcionaba harina a los pueblos de la comarca y también energía eléctrica nada contaminante. Al final, en este verano tan seco no fue posible utilizar la energía limpia del río Esera para el festival, pero si que fue ‘cero emisiones’ gracias a las placas fotovoltaicas instaladas en el mismo lugar y a unas baterías capaces de acumularla para poder utilizarla en las noches.
Libros para viajar
El taller de Dioni Serrano, redactor-jefe de la revista veterana en viajes «Grandes Espacios», fue toda una inmersión en lo que ha sido el viaje para la historia del ser humano, desde Herodoto y más allá hasta nuestros días, inmersos en la digitalización y un globalización de la información que ha revolucionado tanto la forma de viajar como de contarlo. Serrano hizo hincapié en ese cambio y en cómo el concepto de ser un ‘viajero’ se ha desdibujado. «Viajero es el que no tiene billete de vuelta», señaló en una frase que resume cómo el espíritu explorador, en el que la planificación pasa a segundo témino, ha dejado paso al de un turismo que llega a todos los rincones de la Tierra pero en el que todo está escrito previamente. Durante la mañana soleada, y un tanto calurosa en el exterior, el periodista fue desgranando la obra de los mejores escritores de viaje e hizo algunas recomendaciones de sus ‘imprescindibles, como son el libro de «La expedición de la Kon-tiki», de Thor Heyerdahl, al que tuvo la oportunidad de entrevistar, o la trilogía sobre África de Javier Reverte, al que también conoció.
De Graus a la Antártida y más allá
Por la tarde, inauguramos el Espacio Joven con cuatro películas para seguir ‘en el camino’. La primera, un documental de Javier Selva y Oscar Pérez en el que nos mostraron un viaje a la Antártida desde Ushuaia (el extremo sur de Argentina). Tras sus refrescantes imágenes, seguimos con las nieves en el sorprendente cortometraje de «Sauderdogs’, de Guillermo de Oliveira, sobre dos buscadores de oro en un maltrecho trineo de perros, intentan regresar a casa, algo que no les resulta nada fácil. Como curiosidad, fue grabado en las cercanías pirenaicas en las que tiene lugar el Vagamundos Festival. Y del hielo… al desierto, porque es lo que parece hoy el Mar de Aral que nos retrata la actriz Nerea Barros en su corto «Memory» y que nos sitúa en ese fenómeno que hemos provocado y se llama cambio climático, capaz de hacer desaparecer un mar de la faz del planeta. La última etapa de esta intensa tarde ‘vagamunda’ fue en Perú, y más concretamente en la ciudad de Yungay, arrasada en 1970 por un alud y reconstruida después.
Por cierto, las paredes de las escuelas de La Puebla de Fantova estaban decoradas con una gran exposición de la artista Julia Vallespín, en concreto de obras que ha realizado para sus cuadernos de viaje, que son espectaculares. La misma autora hizo una visita guiada en la que fue explicando cada una de ellas.
Tras la sesión de tarde, muy de agradecer dado el calor que hacía en el exterior, incluso en estos parajes boscosos aledaños de la gran cordillera de los Pirineos, esperaba la sesión de noche, en el Molino de Centenera, donde todo estaba ya preparado para acoger a la primera película de la noche.
Nadie quiere la tormenta
Nadie esperaba ni quería la tormenta… pero tras meses de sequía eligió esta noche para hacerse presente, con rayos y truenos. Afortunadamente, duró solamente unos minutos y el programa cinéfilo y viajero pudo seguir adelante sin más contratiempos. Lo primero fue, pasado el chubasco, poner la gigantesca pantalla de seis por cuatro metros en su sitio. Y lo hicimos inflándola, un sistema que permite transportarla con facilidad y recogerla en un par de minutos si así es preciso. Cada noche, ese inflado fue un acontecimiento. Y después la película de Isabel Coixet «Nadie quiere la noche», sobre un increíble viaje de Josephine Peary, mujer del explorador polar Robert Peary. No fue como nos lo cuenta Coixet, pero allí estuvo Josh Peary, en el Ártico, a comienzos del siglo XX, mientras su marido trataba de alcanzar el Polo Norte Geográfico. Antes de la proyección, pudimos disfrutar de un mensaje grabado en vídeo por la cineasta para el público de Vagamundos, en el que contaba que el rodaje fue el más difícil de su carrera, a menos 18ºC.
Hubo ocasión de escuchar al explorador polar que es Ignacio Oficialdegui (en la foto, a la derecha, junto a la periodista Rosa M. Tristán y el director del festival Javier Selva). Oficialdegui, que trabaja en energías renovables, puso en valor la iniciativa del festival en este entorno rural, tan abandonado por las instituciones, además de hacer un recorrido por sus expediciones polares, como compañero en algunas de ellas del explorador español Ramón Larramendi, creador del Trineo de Viento.
DIA 5 DE AGOSTO
El placer de dibujar el paisaje
El día 5 de agosto, el Molino de Centenera se convirtió en un taller de pintura de la mano de la artista Julia Vallespín. Julia, que además de exposiciones da clases, primero hizo un repaso teórico sobre lo que es dibujar cuando se viaja, las muchas ventajas y los pocos inconvenientes que tiene y también mostró las técnicas mejores para cada caso. Pero, además, hizo salir a todos al exterior, a la naturaleza que rodea este lugar, para intentar plasmas con témperas y acualeras su belleza. Las horas pasaron sin sentir en este curso acelerado de «El viaje a través del dibujo» para los vagamundos que acudieron.
Viajes en soledad o muy animados
La sesión de tarde tuvo el viernes dos producciones muy distintas. La primera, «Bulit escucha la naturaleza, de Mikel Urmeneta y Juanjo Elordi, nos contó una historia de animación en la que niños y niñas autistas habían participado y en el que la naturaleza está muy presente. El plato fuerte fue el largometraje «100 días de soledad», de Gerardo Olivares y su protagonista, José Díaz, que narra la historia de un hombre que vivió algo más de tres meses en una cabaña en Picos de Europa, sin contacto humano directo durante ese tiempo.
La aventura de participar en una película: «Alcarrás»
La película de la noche fue la ganadora del oso de oro en el último Festival de Cine de Berlín: «Alcarrás» , esa historia de un mundo rural, vecino del de la comarca de Ribagorza, en el que la agricultura tradicional desaparece a cambio de proyectos muy distintos, generando conflictos sociales e incluso familiares. Hasta nuestro Molino se acercaron dos de las protagonistas principales, Anna Otin y la joven adolescente Xenia Roset, que nos contaron en directo algunos de los ‘secretos’ de la filmación, compartiendo con el público su experiencia hasta bien entrada la madrugada…
DIA 6 DE AGOSTO
Con una cámara en las cumbres del planeta
La gran aventura de ir y grabar o fotografiar para compartir su belleza es lo hace Luis Miguel L. Soriano y su taller «El viaje a través de la cámara» fue, en la mañana del sábado día 4, una auténtica expedición a algunos de los lugares más peligrosos y fascinantes de la Tierra: sus cumbres más altas. No sólo mostró parte de su trabajo en el Karakórum, el Everest o el Annapurna, sino también nos explicó las técnicas fotográficas utilizadas y nos enseñó como aprovecha mejor esas «pinceladas» que la luz nos deja trazadas en los paisajes y que no siempre vemos. Esperemos contar con una exposición suya en futuras ediciones del festival porque, evidentemente, no todos podemos ir pero si sentir y emocionarnos a través de sus fotos, como ocurrió esa jornada.
Viajes a otros mundos que hay que conocer
La última tarde de cortometrajes nos llevó a otros mundos en los que no prima la belleza, pero que hay que conocer, lugares como Afganistán de los que los jóvenes salen huyendo en busca de un futuro, para encontrarse con muros, vallas y fronteras que los dejan varados cn campos de refugiados («Our Voice» de Natxo Leuza) ; o al mudo interior de una mujer que quiere ser madre y no puede oir («Sorda», de Nuria Muñoz-Ortín y Eva Libertad); o al drama terrible de ser mujer en República Democrática del Congo, un lugar donde las violaciones son arma de guerra, pero que sobre todo es una historia de resiliencia de la protagonista de este documental, Mama Zawadi, que da nombre al film («Mama», de Pablo de la Chica). Y para terminar, no podía faltar «Coxetas d’Adentro», dirigida por Lola Gracia, vecina de La Puebla de Fantova, como casi todos sus protagonistas, donde nos habla de la vida en la zona en los duros años de la post-guerras, la década de 1950.
Cuatro Latas, un director de cine y un molino
Y el cierre del Vagamundos Festival no pudo ser mejor. El aforo prácticamente lleno, una noche estrellada, al fondo de cuando en cuando, pero lejos, algún relámpago que acompañaba con sus efectos especiales… y en pantalla la película «Cuatro Latas», que llenó de humor el espíritu vagamundo y nos hizo viajar hasta el desierto del Sáhara. Y después de reírnos y acompañar a esos locos trotamundos… un coloquio con su director, Gerardo Olivares, que salió a nuestro escenario con la periodista de RNE Josefina Maestre y con Javier Selva para recordar aquella aventura de filmar en Marruecos y las muchas que tuvo antes y que ha tenido después. Fue un disfrute general que nos anima a dar por superado este nuevo VAGAMUNDOS FESTIVAL y a comenzar a pensar en las sorpresas que ¡os queremos dar en el siguiente!
Muchas gracias a los que han venido hasta nuestro Molino de Centenera y muchas gracias también a todos los que nos habéis apoyado en difundirlo con el ‘boca a boca’, en los medios de comunicación y a través de las redes sociales.
Seguiremos creciendo y seguiremos ‘vagando’ por el mundo para traeros lo mejor a uno de nuestros rincones ibéricos que merece la pena conocer.
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