Son muchas la películas y documentales que el cineasta Gerardo Olivares tiene en su larga trayectoria. En una gran número de ellas, la naturaleza ha tenido un papel fundamental, tanto como temas sociales que gracias a su trabajo han traspasado el espacio de las noticias para llegar a formar parte de la historia del cine. Ahí están, por sólo menciona algunas, «El Faro de las Orcas«, que protagonizó Maribel Verdú, «14 kilómetros» sobre las migraciones, que se llevó la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid en 2007 o «Cuatro latas«, que es la que nos trae el director a nuestro Vagamundos Festival 2022, donde nos visita para participar en un coloquio sobre su trabajo el sábado 6 de Agosto, tras la proyección. Una ocasión única para conocerle y charlar con él.
Antes, hablamos con él sobre sus motivaciones para apoyar este tipo de eventos culturales y sobre su cine.
¿Qué es lo que te ha atraído de nuestro Vagamundos Festival para participar en su primer año de existencia?
Estos festivales me parecen una gran iniciativa para lleva el cine a zonas rurales donde ya no hay o no ha habido salas de cine y si las tienen, seguramente las películas que les llegarán serán las más comerciales, las americanas. Este festival una buena oportunidad de ver una película española en un entorno muy bonito, en gran pantalla, al aire libre. Estos festivales son muy necesarios en la España rural.
En el festival se proyecta «Cuatro latas» ¿Qué significó en tu trayectoria esta película?
Es una película muy especial para mí. De alguna manera es una autobiografía, sobre mis viajes por el desierto del Sahara. La primera vez que fui era el año 1990, en un Seat Panda; llegué hasta la frontera con Malí y allí me encontré con unos franceses que se dedicaban a comprar coches de segunda mano en Francia, sobre todo Peugeot 504, y los bajaban hasta Mali y Nigeria. Allí los vendían y el dinero les daba para volver en avión. Así viajaban gratis. Se les llamaba ‘los peugeotaris‘ . Se me quedó esa historia en la cabeza. Más adelante, en otros viajes por el desierto me pasaron nuevas historia y anécdotas, que son las que he incluido en «Cuatro latas». Por eso es importante para mí.
¿Qué proyectos te traes entre manos ahora?
Estoy desarrollando una nueva serie documental, de la que aún no se puede hablar, con Disney, y también una película en la Patagonia, que se llamará «El hombre del fin del mundo«. Esta nueva película de ficción surge a raíz del rodaje anterior en la zona, «El Faro de las Orcas«. Allí conocí a Don Pardo, un hombre que vive solo, en mitad de la nada. Es un ‘puestero’, que son como llaman a los hombres solitarios al cargo de grandes fincas que pasan el año en una cabaña, sin compañía. Me parecieron personajes fascinantes. Sin ellos, la Patagonia no se entendería. A ver si sale adelante este proyecto, porque no es fácil encontrar financiación para películas que no son muy comerciales.
Desde tus ojos, como cineasta y sobre todo como viajero, ¿cómo ves el mundo rural?
Hay una realidad: el mundo rural está desapareciendo y con ello desaparece la naturaleza, porque ese mundo tiene un papel muy importante de conservación y equilibrio. Tengo el ejemplo de Asturias, donde tengo una casa. Voy mucho y me muevo por el Parque Natural de Redes y los pueblos. Me cuentan que la gente joven ya no quiere trabajar en el campo, prefiere la ciudad, y que poco a poco los prados se abandonan, se pierden los caminos… Todo eso genera luego focos de incendios. El hombre rural siempre ha tratado de buscar el equilibro, de cuidar el entorno y mantenerlo, pero ahora se pierde. Aún así creo que el futuro está en el mundo rural.
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