Jul 27

Ignacio Oficialdegui: «La Antártida tiene muchos lugares de los que no se sabe nada»

Ignacio Oficialdegui es un explorador navarro de los más prestigiosos del mundo. Este mismo año fue elegido por el Explorers Club de Nueva York entre los 50 más destacados e influyentes del panorama internacional. Biólogo de formación y máster en evaluación de impactos ambientales, su vida profesional la inició en otro ámbito muy distinto: el mundo de la cooperación internacional. A los 28 años, Oficialdegui ya era gerente de un hospital en Ruanda. A su vuelta a España, su inquietud por los temas medioambientales le introdujo en el sector de las energías renovables, un sector económico entonces en auge en España en el que sigue trabajando para Acciona en busca de «autopistas de viento».

Aficionado al alpinismo desde hace décadas, ha realizado escaladas y exploraciones en los macizos y regiones más importantes de Europa, Groenlandia y África. Desde que conoció al explorador polar Ramón Larramendi, en el año 2000, comenzó a colaborar con él en el diseño del vehículo polar Trineo de Viento, movido por cometas.  En 2005, participó  en la expedición Transantártica Española, la primera gran travesía de la Antártida Oriental, que se realizó con este vehículo. A la Antártida volvió en en 2009, en 2011-2012,  con la Expedición Acciona Windpowered  Antártida  (2011-2012) y en 2018-2019 para la Expedición Antártida Inexplorada.

¿Qué proyectos te traes entre manos ahora?

Además de los viajes de trabajo, que me van a llevar a Brasil y el sudeste asiático, lo que ya tengo en la cabeza es el próximo viaje a la Antártida con el Trineo de  Viento previsto para 2023. Será a finales del próximo año, pero en primavera ya tendremos que hacer una expedición preparatoria a Groenlandia para probar el nuevo vehículo y los equipos que necesitaremos en el viaje al sur.

El parón de la pandemia ya está superado…

El proyecto de este vehículo sigue adelante. De hecho, Larramendi ha estado con el Trineo en Groenlandia este año. Y lo de la Antártida está a la vuelta de la esquina. Creemos totalmente en este vehículo dedicado a la exploración y la ciencia que es eficiente y no contamiante.

¿Qué es lo más importante en una expedición polar?

Lo más importante es prepararla, dedicarle mucho tiempo porque son muy complejas y costosas. La logística es sumamente complicada, dado que hay que trabajar con empresas, con científicos. Y, además, afectan conflictos internacionales, con temas políticos que pueden interferir.  Una expedición requiere también mucha coordinación, dado que participan personas en lugares muy distantes. Nosotros tenemos que sumar a ello que  tenemos que construir el vehículo, coordinar todos los trabajos científicos que llevamos con diferentes instituciones. Por supuesto, como en todas las expediciones, está el tema de la comida y del equipo personal necesario, porque son expediciones de muchas semanas, pero a eso lo dedicamos los últimos días. Es muy laborioso.

Para gente joven que quiera ser explorador o exploradora ¿hay que tener algo especial?

Expediciones menores es fácil hacerlas. Irte al Himalaya, que es un clásico, ahora es bastante fácil. Con dinero para un avión a Katmandú va mucha gente, con una equipación sencilla. Y lo mismo pasa en la selva o el desierto. Se precisa una inversión, es verdad, pero se puede conseguir. Ahora bien, una expedición pesada, como la que precisa de un buque oceanográfico para hacerla posible, si que es complicado. Lo mismo pasa con las nuestras polares, y  casi nadie te ayuda. No tenemos la cultura de comprender lo que se está haciendo en este tipo de expediciones. Ni siquiera la gente que se mueve en el mundo de la exploración polar se imagina el lugar al que vamos con el Trineo de Viento. No saben colocarlas en el mapa.

¿Por qué es tan importante ir y conocer lo que pasa en la Antártida?

Lo primero porque es un continente muy desconocido. El ‘plateau’ interior donde nos movemos nosotros con el Trineo de Viento es como 20 veces España. Una inmensa zona por la que nos hemos movido cuatro en toda la historia, se sabe quienes somos . Hay gran  cantidad de información en la Antártida que no conocemos. Parece que es todo hielo homogéneo, como nos parecía el océano antes, pero según vas, descubres cosas que no podemos imaginar. Por otro lado es como la zona imperturbada de la Tierra que nos puede servir como modelo de control de lo que impactamos en el planeta, al menos antes de que se perturbe más.

¿Qué te parece la iniciativa de Vagamundos Festival?

Este tipo de proyectos me parecen fantásticos. También tengo muchas ganas de conocer esa comarca de Ribagorza. Viendo cine bajo las estrellas y hablando de exploración me parece una iniciativa que hay que apoyar. La película elegida para la noche polar, «Solo queda la noche«, de Isabel Coixet, la ví en su momento, como todas las polares. Es la historia de la mujer de Peary, un gran explorador. Espero que de lugar a hablar de los territorios polares que, contrariamente a lo que pueda parecer, no están tan lejos. El norte de Noruega, ahí en Europa, ya está en el Círculo Polar.  Ademas, lo que está pasando en los hielos del planeta es tremendo. En la Antártida se nota menos, pero en los Alpes, que conozco muy bin, cada año se nota un impacto impresionante del cambio climático. Los refugios construidos a pie de glaciar hace 50 años, están ahora a 200 o 300 metros, en pura roca. Este año se han suspendido las excursiones al Mont Blanc porque se han formado grandes grietas al derretirse el hielo y no se puede pasar.

 

 

 

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