Muchas personas se preguntan quién está detrás, con la cámara, en las hazañas de grandes alpinistas que se juegan la vida en las cumbres más altas del planeta, siendo nuestros ojos de esas expediciones que a la mayoría de los mortales nos parecen imposibles. En España, uno de las más destacadas, sin lugar a dudas, es el madrileño Luis Miguel Soriano.
Compañero de expedición del incombustible Carlos Soria desde 2011, Luis Miguel lleva más de 25 años dedicado profesionalmente a la producción de vídeo y fotografía como cámara, editor y realizador, especializado en proyectos audiovisuales relacionados con la montaña, viajes y etnografía. Además, desde 2016 también es un experto en el manejo de drones.
En los días previos a nuestro Vagamundos Festival, donde participa como ponente del taller “El viaje a través de la cámara” (6 de agosto: https://vagamundosfestival.org/producto/6-de-agosto-taller-el-viaje-a-traves-de-la-camara/ ), Luis Miguel se encuentra precisamente en el Karakórum, acompañando a una alpinista asturiana, Rosa Fernández, en el peligroso ascenso al K2. Desde luego, su presencia en nuestro festival es un lujo, pues nos permitirá conocer los detalles de esta nueva aventura.
Pero no es algo nuevo para él. Luis Miguel ya ha captado con su cámara algunas de las cumbres más altas de la Tierra: Kanchenjunga (8.586m), Annapurna (8.091m), Hidden Peak (8.068=) . También otras montañas de las cordilleras del Himalaya: Karakorum, Hindu Kush, Pamir… Y no sólo le atrae estar en lo más elevado, sino que ha visitado buena parte del planeta filmando a sus pueblos y sus culturas: Irán, Pakistán, Nepal, India, Tíbet, Tayikistán, Afganistán, Egipto, Sudán, Burkina Faso, Tanzania…
En una entrevista en la revista ‘Desnivel’ comentaba: “A través de mi cámara intento interpretar los sentimientos que me produce el paisaje natural o humano que observo, con la luz como mayor fuente de inspiración. Momentos muchas veces evanescentes, efímeros, que en pocos segundos se transforman y desaparecen. Ningún instante es igual al que le precede. Me gusta ser paciente e intento ser fiel a la emoción que me produce la contemplación del entorno que me rodea”.
Y no sólo se ha quedado en las imágenes, ha intentado transmitir la pasión por su trabajo en un libro, «Montañas a través de una cámara», que nació durante el confinamiento que en 2020 paró el mundo. Allí combina sus dos facetas: mostrar la técnica que hay detrás de sus imágenes y, a la vez, transmitir con palabras las sensaciones que pretendía captar.
Durante su taller, aprenderemos cómo recoger y transmitir, a través de una cámara, actividades, paisajes y experiencias en la montaña, viajes y expediciones. Y en un paraje espectacular en el que poder ir luego a hacer prácticas.
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